La minera Rio Tinto reconoció este martes que requerirá un desempeño sólido en el último trimestre del año para cumplir con su objetivo anual de envíos de mineral de hierro, a pesar del repunte de la demanda china que ha dado impulso a los precios internacionales.
Durante el tercer trimestre, la compañía australiana embarcó 84.3 millones de toneladas de hierro desde sus operaciones en Australia Occidental, una cifra apenas por debajo del consenso del mercado, estimado por Visible Alpha en 85.5 millones. Las cifras reflejan un entorno operativo desafiante que aún resiente los efectos de las interrupciones sufridas a principios de año por la presencia de cuatro ciclones que afectaron la región.
La empresa advirtió que su volumen total de exportaciones para 2025 probablemente se ubicará en el límite inferior de su rango de proyección, de entre 323 y 338 millones de toneladas. En un comunicado a inversionistas, Rio Tinto subrayó que “se requiere un cuarto trimestre sólido, ya que el sistema permanece ajustado y con una capacidad limitada para mitigar más pérdidas”.
En medio de ese panorama, los precios del mineral de hierro alcanzaron su nivel más alto desde febrero. La causa principal ha sido el impulso que el gobierno chino ha dado a proyectos de infraestructura estratégicos, una respuesta dirigida a contrarrestar los efectos de una economía que en el tercer trimestre enfrentó deflación persistente, una industria manufacturera débil, exportaciones en declive y un sector inmobiliario tambaleante.
Rio Tinto destacó que Beijing mantiene su objetivo de crecimiento económico de 5% anual y que, a pesar de evitar un estímulo masivo, ha optado por medidas específicas enfocadas en infraestructura y tecnología. Este enfoque ha tenido un efecto directo en la producción de acero, y por consiguiente, en la demanda de hierro.
En septiembre, China registró un récord histórico en sus importaciones de mineral de hierro. Sin embargo, la composición de ese comercio ha empezado a cambiar. Rio señaló que el gigante asiático ha diversificado su matriz de proveedores, incrementando las compras a actores más pequeños. En consecuencia, los envíos combinados de los principales productores globales se han mantenido estables en términos interanuales.
Las acciones de Rio Tinto que cotizan en la Bolsa de Sídney repuntaron hasta 3.6% el martes por la mañana, alcanzando su nivel más alto desde finales de septiembre. El aumento refleja la tendencia positiva del sector, en la que otras grandes mineras como BHP y Fortescue también avanzaron más de 2%.
Este trimestre marca además un cambio importante en la dirección ejecutiva de Rio Tinto. Bajo el liderazgo de su nuevo CEO, Simon Trott —antes jefe de hierro—, la empresa ha simplificado su estructura organizativa en tres divisiones clave: mineral de hierro, aluminio y litio-cobre. Esta reconfiguración busca una mayor eficiencia operativa y un enfoque estratégico diferenciado para cada una de sus líneas de negocio.
En su comunicado, la minera reafirmó su compromiso con la seguridad laboral tras el fallecimiento de un trabajador en sus operaciones de Simandou, Guinea. A pesar del accidente, Rio reiteró que los primeros embarques de hierro desde ese proyecto comenzarán antes de que finalice el año. Simandou representa una de las apuestas más ambiciosas de la empresa fuera de Australia, y es vista como un proyecto clave para equilibrar el poder de mercado de las grandes mineras ante la creciente presión de China por diversificar proveedores.
Más allá del hierro, Rio Tinto está apostando fuerte por los metales asociados con la transición energética. La producción de cobre ha alcanzado niveles récord en Oyu Tolgoi, Mongolia, una mina estratégica cuya expansión permitirá aumentar la producción del metal rojo en más de 50% este año. El cobre es considerado esencial para la electrificación global y el desarrollo de energías renovables.
También destacó un segundo trimestre consecutivo con cifras récord en la extracción de bauxita, el mineral base para la producción de aluminio. Esto ha llevado a la compañía a ajustar al alza su previsión anual a entre 59 y 61 millones de toneladas, impulsada por un sólido desempeño en su mina de Amrun, ubicada en el norte de Australia.
El momento de Rio Tinto es, sin duda, una combinación de resiliencia operativa, respuesta estratégica a los desafíos globales y una apuesta clara por metales con futuro. Sin embargo, el entorno sigue siendo incierto y dependerá de la estabilidad en Asia, el comportamiento de la demanda global y la capacidad de adaptación frente a eventos climáticos extremos.
En una industria donde cada tonelada cuenta, Rio Tinto camina por la delgada línea entre los retos de corto plazo y las oportunidades de largo plazo, especialmente en un mundo que cada vez más gira en torno a la seguridad de suministro de minerales críticos.

